Qué es el juego ?
El juego es una
actividad inherente al ser humano. Todos nosotros hemos aprendido a
relacionarnos con nuestro ámbito familiar, material, social y cultural a través
del juego. Se trata de un concepto muy rico, amplio, versátil y ambivalente que
implica una difícil categorización. Etimológicamente, los investigadores
refieren que la palabra juego procede de dos vocablos en latín: "iocum y
ludus-ludere" ambos hacen referencia a broma, diversión, chiste, y se
suelen usar indistintamente junto con la expresión actividad lúdica.
¿Cuál es su
importancia ?
El
juego es la actividad más importante de los niños. Los niños juegan, no solo
para divertirse o distraerse, también lo hacen para aprender, es su
universidad, es el termómetro que mide su salud. El juego no es una pérdida de
tiempo, es fundamental para los niños. Un niño que juega está sano física,
mental y emocionalmente, mientras que si no juega está enfermo.
¿En qué beneficia a los
niños ?
Como infantes (0-36 meses), los niños y
niñas juegan unos al lado de los otros sin aparente comunicación entre sí (a
esto se reconoce como juego paralelo). Durante los años de edad preescolar,
ellos comienzan a interactuar unos con otros y a crear historias en conjunto.
Durante este proceso ellos aprenden a negociar, cooperar y compartir (algunos
niños no desarrollan estas características hasta los 4 o 6 años de edad).
Cuando los niños juegan y están en desacuerdo sobre quién será papá o mamá o
qué vestido ponerle a la muñeca, en ese momento están desarrollando importantes
destrezas de socialización.
¿En qué desarrolla el juego ?
El juego
para el niño es muy importante. A través de él experimenta, aprende, comprende
la realidad que le rodea, libera tensiones, desarrolla su imaginación, su
ingenio, ayuda a resolver conflictos y entender su entorno. Realmente es una
herramienta indispensable para su desarrollo, tanto físico, cognitivo,
psicológico y social. Un niño sano quiere jugar a todas horas,
no se cansa nunca, es su manera de ir adaptándose a la sociedad y hacerse un
hueco en ella. Muchos pediatras lo afirman, incluso es la base principal para
saber si todo va bien, un niño que no juega es un niño al que le pasa algo.
Es importante
no
presionar al niño a conseguir unos objetivos claros, poco a
poco llegará a ellos, esa es la misión del juego. Además de esta manera aprende
muchísimo más, puesto que mientras juega no se siente evaluado,
no tiene metas fijas a seguir, tiene libertad para
experimentar y no se encuentra condicionado por los errores. El abanico de
posibilidades que brinda el juego es infinito.
Como padres
debemos procurarles todos los útiles necesarios para su correcto desarrollo. No
por ello tenemos que comprar un arsenal de juguetes, la mayor parte de las
veces se cansan enseguida de ellos sin conseguir aprovechar todas sus
posibilidades. El juego se puede realizar con toda clase de objetos
normales que tenemos en casa, podemos ayudarles a construir
todo un mundo de fantasía y desarrollar la capacidad artística
innata en ellos.
Lo más
importante es considerar el juego como algo indispensable en su vida,
una acción que tienen que realizar a diario y en cualquier circunstancia. Todo
padre hemos vivido alguna situación parecida, en la que nuestro hijo parece que
todo se lo toma a broma, en la que quizá sintamos que no nos hace caso, y
sencillamente solo está jugando, no retándonos, eso es
importante de aceptar, de este modo es más fácil comprenderles y manejar
positivamente las situaciones.